jueves, 25 de diciembre de 2014

De aquellos fragmentos





Me pasaste aquel folio a través de la mesa
y yo, mientras charlaba, lo miré distraída,
sin saber que en tus letras quedaría prendida,
tal vez soñando ensueños que en mi alma hicieron presa.

Vi las pupilas garzas contemplarte, posesas,
vi las llamas del templo a tu voz invocadas,
y adiviné el dolor de prohibidas miradas
que adoran, sin consuelo, lejanías turquesas.

Y añoré aquel destino de una mirada ansiosa,
que habla sin voz y besa tan sólo con los ojos,
entregando un amor que no ha de revelarte…

¡Ah, qué diera por ser tu hechicera amorosa,
con manos como lanzas, para cambiar abrojos
en trepadora hiedra que pudiera abrazarte!

                  ---oooOOOooo---

                                            11-07-2012