jueves, 25 de diciembre de 2014

En verano




Era verano. Agosto. Los árboles del monte
paseaban su sombra encima de mis páginas;
mi mano temblorosa seguía un horizonte
de letras y de estío, de sueños o de lágrimas.

Era un pequeño pueblo de aquel Madrid amado
(mis quince inquietos años en su encanto bebían),
y el corazón abierto, virgen y apasionado
caminaba entre nubes que en el sol refulgían.

Leyendo a mis Poetas pasaba los veranos;
entre versos y rimas sentíalos cercanos,
y en los largos crepúsculos esperaba anhelante…

Y aunque nadie construye el ajeno camino,
vi a Nervo y a Machado dibujar un destino,
y alumbrar mi sendero, dos pasos por delante.

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                                                                                   10-07-2010

                                             (Dedicado al pueblo de Torrelodones, Madrid, 1.956)