jueves, 25 de diciembre de 2014

Roser





Sus manos imprimían en las teclas
la vocación temprana;
no sólo era el piano;
renunciar y elegir, fueron los temas
que rondaban sus juveniles sueños.

Siempre oyó la canción de las lejanas
tierras; y en la cadencia
de una música, a ritmo de tambores
dejó mecer su corazón inquieto.

Seguramente puso en la balanza
lo que iba a dejar;
                                pesaba mucho
prescindir de caricias familiares;
y marchar, sin saber a qué ventura
entregaba su vida y su futuro…

            *        *        *
El barco que la lleva abre los surcos
donde siembra oraciones y esperanzas;
y la estela del agua


es su primer getsemaní  secreto;
y, como Él, saldrá fortalecida.

Eligió con acierto su camino
sin vuelta atrás.
                           ¿Será consciente, entonces
de que entre las lecciones de piano
va dejando semillas de recuerdos?

La bondad genuina
brota en la oscuridad de lo profundo.

Y al igual que el diamante
sale un día a la luz
y no se puede ya esconder su brillo.

           ---oooOOOooo---

                                            01-03-2012