jueves, 25 de diciembre de 2014

En el monasterio





La madrugada vacilante y fría;
un regalo de sol al horizonte;
los brillos de casitas por el monte,
en nocturnal oficio de vigía.

Un tiempo lento, suave y cuidadoso
se acompasa a los ritmos de otras Horas;
aquí la soledad se hace sonora;
aquí el ruido deviene silencioso.

Domingo de diciembre. El Monasterio
que parece dormido, en paz vigila,
glorificando a Dios en la mañana…

Y la breve colmena del Misterio,
despacio a la Capilla marcha en fila,
obedeciendo al toque de campana.


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Monasterio Benedictino. Sta. Brígida. 06-12-2009