A la tierra que
alfombra las colinas
en la parte de Soria
junto al Duero,
no lejos de San Polo y
San Saturio,
llegóse el aprendiz de
un alfarero.
Es un mozo lampiño y
desmedrado,
que busca un poco
inconsecuentemente,
siguiendo al asno, sin
haber pensado
dónde hallará la
arcilla conveniente.
Baja el serón, que
arrastra sin desvelo,
y no sabe que pisa el
mismo suelo,
la misma arcilla que
pisó Machado.
Greda parda, con
lágrimas de Agosto,
donde aún llora su
ausencia, con dolor,
la roja tierra en que
jugó Leonor.
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07-12-2009
(Leonor murió el 01-08-1912)