jueves, 25 de diciembre de 2014

Los primeros calcetines




De lana cruda de una oveja hispana
y entre los dedos de una añosa abuela,
está creciendo un hilo
al son de las maderas de una rueca.

La anciana mira, y copia con cuidado
esos trapos atados a las piernas
que llevan los adultos del poblado;
y teje, del tamaño de su nieta,
cerradas a un extremo,
unas fundas espesas;
con un relleno cálido que aparten
de los pies de la niña la aspereza.

Dará la nena sus primeros pasos
sin herirse en las piedras;
sin helarse en escarchas matutinas;
sin arañarse con las ramas secas.

Y la anciana sonríe
al notar las miradas de extrañeza:
esas fundas, que son como talegos
abren del cuchicheo las compuertas.

Pocas lunas más tardes
las llevan muchos niños en la aldea.

Surgieron los primeros calcetines
del amor de una abuela.

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                                         16-06-2012